HISTORIA DE LA FILOSOFIA PURA
Hablar de ciencia es hablar de las teorías del conocimiento, pues atendiendo al significado de la palabra “filosofía”, deriva del Griego y quiere decir amor a la sabiduría ( deseo del saber o de conocer), en éste sentido se pueden presentar las definiciones que Platón y Aristóteles siendo una ciencia pura; mientras los estoicos y epicúreos es la búsqueda de la virtud o de la felicidad; asimismo, en la edad moderna Christian Wolf, la considera como la ciencia de los posibles que pueden existir (scientia possibilium, quatenus exxe pssut); Friedrich Uberweg como la ciencia de los principios[1]. Siendo también madre de todas las ciencias, considerado así por los romanos y griegos. No obstante, el concepto propio de la ciencia de la filosofía abarca desde el contenido de la historia de la misma o contenido histórico, su objeto de estudio, sus características esenciales como el hombre y su ente que le rodea. A Sócrates, se le puede considerar como fundador de la filosofía occidental; por tratar de convertir toda acción humana en un hecho consciente, y éste en sabiduría. Mientras su discípulo, Platón, contiene la reflexión filosófica y en ella la despliega a todo lo que contiene la conciencia humana.
Hessen , menciona que los principales autores para determinar el concepto de la filosofía, son: Platón y Aristóteles, Descartes y Leibnitz, Kant y Hegel, portando cada autor características propias que si se comparan entre los pares se encuentran los rasgos comunes de cada sistema, o sea “estos sistemas poseen el carácter de la universalidad. Al cual debe una segunda característica esencial común: la actitud del filosofo ante la universalidad objetiva es una posición intelectual, una actitud de pensamiento.”[2], en este sentido el mismo autor concluye que existen dos notas esenciales para la investigación de la ciencia de la filosofía: una, la orientación a l totalidad de los objetos, y la otra, el carácter racional[3].
En líneas generales, tras la espléndida aparición del pensamiento griego, que desarrolla la filosofía primero como un saber acerca de la naturaleza (presocráticos), luego como un saber sistemático e integral (Platón y Aristóteles) y, finalmente, como una forma ética de vivir (helenismo), la filosofía se funde de nuevo con el pensamiento religioso, de donde había surgido como crítica y alternativa, en parte para confundirse con él y en parte para reelaborarlo desde su interior (neoplatonismo, cristianismo, filosofía escolástica). Tras una larga y más bien confusa, pero en ningún modo infructuosa relación que la fe y la razón mantienen en el mundo medieval occidental, ya sea cristiano, árabe o judío, el pensamiento racional se reestructura de forma autónoma con el Renacimiento y la revolución científica.
Descartes establece la nueva función de la filosofía: asegurar la certeza del conocimiento humano; poner en claro en qué fundamenta el sujeto humano su confianza en saber, Respondiendo con el Racionalismo y empirismo: la certeza la da la razón o la experiencia. Existencia de un conocimiento objetivo y común; persistiendo el desacuerdo, en el método de conseguirlo y en la medida en que es posible conseguirlo. Kant, se dirige al mismo sujeto que la ejerce; se investiga su capacidad estructural de conocer y, como resultado del «giro copernicano», establece que el conocimiento es, de algún modo, constituido por el mismo sujeto humano -por la naturaleza humana-, no sólo en sus límites, sino también en su mismo contenido, y este conocimiento es universal y el mismo para todos porque la naturaleza humana es la misma en todos.
En la historia posterior a Kant, la creencia en una naturaleza humana y en un solo tipo de racionalidad ha sido puesta en cuestión, además de naturaleza, hay historia y evolución y, además de razón, valores, estructuras económicas, inconsciente y vida. No puede darse ya por supuesto que existe una cosa tal como racionalidad y naturaleza humana, ni una sola «verdad»; sino cuáles son las condiciones que hacen posible que haya racionalidad, naturaleza y verdad.[4].
[1] HESSEN, Johan, Teoría del conocimiento. México, 2003. Ed. Editores mexicanos unidos. Pp. 7- 11.
[2] Ibidem
[3] Ibidem.
[4] Ver, Diccionario de filosofía en CD-ROM. Autores: Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu. 1996. Herder S.A., Barcelona.
Hablar de ciencia es hablar de las teorías del conocimiento, pues atendiendo al significado de la palabra “filosofía”, deriva del Griego y quiere decir amor a la sabiduría ( deseo del saber o de conocer), en éste sentido se pueden presentar las definiciones que Platón y Aristóteles siendo una ciencia pura; mientras los estoicos y epicúreos es la búsqueda de la virtud o de la felicidad; asimismo, en la edad moderna Christian Wolf, la considera como la ciencia de los posibles que pueden existir (scientia possibilium, quatenus exxe pssut); Friedrich Uberweg como la ciencia de los principios[1]. Siendo también madre de todas las ciencias, considerado así por los romanos y griegos. No obstante, el concepto propio de la ciencia de la filosofía abarca desde el contenido de la historia de la misma o contenido histórico, su objeto de estudio, sus características esenciales como el hombre y su ente que le rodea. A Sócrates, se le puede considerar como fundador de la filosofía occidental; por tratar de convertir toda acción humana en un hecho consciente, y éste en sabiduría. Mientras su discípulo, Platón, contiene la reflexión filosófica y en ella la despliega a todo lo que contiene la conciencia humana.
Hessen , menciona que los principales autores para determinar el concepto de la filosofía, son: Platón y Aristóteles, Descartes y Leibnitz, Kant y Hegel, portando cada autor características propias que si se comparan entre los pares se encuentran los rasgos comunes de cada sistema, o sea “estos sistemas poseen el carácter de la universalidad. Al cual debe una segunda característica esencial común: la actitud del filosofo ante la universalidad objetiva es una posición intelectual, una actitud de pensamiento.”[2], en este sentido el mismo autor concluye que existen dos notas esenciales para la investigación de la ciencia de la filosofía: una, la orientación a l totalidad de los objetos, y la otra, el carácter racional[3].
En líneas generales, tras la espléndida aparición del pensamiento griego, que desarrolla la filosofía primero como un saber acerca de la naturaleza (presocráticos), luego como un saber sistemático e integral (Platón y Aristóteles) y, finalmente, como una forma ética de vivir (helenismo), la filosofía se funde de nuevo con el pensamiento religioso, de donde había surgido como crítica y alternativa, en parte para confundirse con él y en parte para reelaborarlo desde su interior (neoplatonismo, cristianismo, filosofía escolástica). Tras una larga y más bien confusa, pero en ningún modo infructuosa relación que la fe y la razón mantienen en el mundo medieval occidental, ya sea cristiano, árabe o judío, el pensamiento racional se reestructura de forma autónoma con el Renacimiento y la revolución científica.
Descartes establece la nueva función de la filosofía: asegurar la certeza del conocimiento humano; poner en claro en qué fundamenta el sujeto humano su confianza en saber, Respondiendo con el Racionalismo y empirismo: la certeza la da la razón o la experiencia. Existencia de un conocimiento objetivo y común; persistiendo el desacuerdo, en el método de conseguirlo y en la medida en que es posible conseguirlo. Kant, se dirige al mismo sujeto que la ejerce; se investiga su capacidad estructural de conocer y, como resultado del «giro copernicano», establece que el conocimiento es, de algún modo, constituido por el mismo sujeto humano -por la naturaleza humana-, no sólo en sus límites, sino también en su mismo contenido, y este conocimiento es universal y el mismo para todos porque la naturaleza humana es la misma en todos.
En la historia posterior a Kant, la creencia en una naturaleza humana y en un solo tipo de racionalidad ha sido puesta en cuestión, además de naturaleza, hay historia y evolución y, además de razón, valores, estructuras económicas, inconsciente y vida. No puede darse ya por supuesto que existe una cosa tal como racionalidad y naturaleza humana, ni una sola «verdad»; sino cuáles son las condiciones que hacen posible que haya racionalidad, naturaleza y verdad.[4].
[1] HESSEN, Johan, Teoría del conocimiento. México, 2003. Ed. Editores mexicanos unidos. Pp. 7- 11.
[2] Ibidem
[3] Ibidem.
[4] Ver, Diccionario de filosofía en CD-ROM. Autores: Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu. 1996. Herder S.A., Barcelona.